El sentido del tacto y los cambios en el envejecimiento
- Minerva Viviana Ventura Robledo
- 1 nov
- 1 Min. de lectura
Platicaremos de el sentido del tacto y los cambios en el envejecimiento. El sentido del tacto nos ayuda a percibir lo que nos rodea y es a través de la piel que es el órgano más grande que tenemos .

Las células nerviosas de la piel son las primeras en percibir el tacto. Envían impulsos eléctricos a la médula espinal, que transmite la señal al cerebro. Hay distintas células nerviosas en la piel que perciben sensaciones como el calor, frio, presión, dolor, vibración. La piel también está recubierta de terminaciones nerviosas que perciben distintos tipos de fuerza, como la presión o el estiramiento.
El tacto no sólo juega un papel crucial en la percepción de nuestro entorno físico, sino que también tiene un papel importante en la comunicación no verbal y en el bienestar emocional. El contacto físico puede tener un efecto calmante y puede promover la conexión y la empatía entre las personas
Después de un accidente cerebrovascular, algunas personas podrían perder la capacidad de procesar el tacto. Una persona con autismo, en cambio, podría sentirse abrumada por el tacto.
Cambios en el envejecimiento
La sensibilidad para el tacto empieza a disminuir en torno a la década de los 50 años y se debe a una disminución en la cantidad de receptores y de su sensibilidad individual, esta sensibilidad disminuiría todavía más hacia los 60 o 70 años, cuando la piel al envejecer se vuelve más delgada provocando disminución de la sensibilidad térmica y profunda.
Fuente:


Comentarios